Cluster Industrial – Un huracán llamado UAW: ¿cómo afectaría la huelga en EUA a la producción automotriz mexicana?

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Un huracán llamado UAW: ¿cómo afectaría la huelga en EUA a la producción automotriz mexicana?

Escrito por Cluster Industrial

Artículos especiales 25/08/2023 13:59

Analizamos los últimos eventos relacionados a la inminente huelga de los sindicatos de United Auto Workers en Estados Unidos y Canadá, y los riesgos que representan para la producción de vehículos y autopartes en México.

CDMX, 25 de agosto del 2023.- Estamos en plena temporada de huracanes en Norteamérica, sin embargo, uno de ellos podría durar más de lo pensado y tener importantes efectos en la economía regional y nacional. Sus causas no son naturales, sino resultado de un proceso que parece cíclico: llamaremos a este huracán UAW (United Auto Workers).

 

Y es que la potencial huelga con el sindicato más importante de trabajadores del sector automotriz en Estados Unidos y Canadá y que representa a empleados de General Motors, Ford Motor Co y Stellantis puede tener efectos que impacten la producción de vehículos y autopartes en toda la zona T-MEC (USMCA). Para entenderlo a profundidad, ahondemos en el contexto histórico del sindicato, sus huelgas pasadas y lo que es distinto en el año 2023.

 

LAS HUELGAS DE UAW: UNA HISTORIA QUE SE REPITE A SÍ MISMA

 

Decimos que la posible huelga pareciera un proceso cíclico por sus antecedentes. Volvamos en el tiempo hasta la recién posguerra, en 1945, cuando UAW organizó a 320 mil trabajadores para una huelga de 113 días contra General Motors; esta se convirtió en la huelga más larga de la historia contra un gran fabricante de autos, y tuvo como consecuencia un aumento de 17.5% en sueldos (la meta del sindicato era 30%).

Esta fue impulsada por la figura de Walter Reuther, un personaje determinado a darle control de los medios de producción a las masas. Fue considerado un socialista (aunque él se definía como socialdemócrata) en un contexto complicado; en la sombra de una recién terminada Segunda Guerra Mundial, muchos fabricantes de autos estaban desescalando su producción y elevando sus precios debido a que el gobierno ya no necesitaba que fueran fábricas de guerra. A pesar de no lograr su cometido con la huelga de 1945-1946, fue electo presidente de UAW y permaneció en el puesto hasta 1970, cuando murió en un accidente aéreo. En ese lapso, sobrevivió a dos intentos de asesinato y lideró a más de 5 millones de trabajadores y pensionados de la industria automotriz estadounidense. Incluso fue usado por el presidente John F. Kennedy para negociar un intercambio de prisioneros con Fidel Castro en 1961, por su cercanía en orientación política.

 

Fue justo hasta los años 70 cuando otra huelga de magnitud similar tuvo lugar. La huelga de UAW en 1970 reunió a 400 mil trabajadores y duró un total de 67 días. De nuevo, la huelga fue contra General Motors en los Estados Unidos y Canadá, afectando a 145 plantas y ocasionando pérdidas por 1 mil millones de dólares para GM. Esta fue una huelga amplia, en lugar de planta por planta, como la de los cuarenta. Resultó en un aumento del 13% para los empleados y terminó porque el fondo de huelga del sindicato gastó los 120 millones de dólares con los que contaba.

 

Tras tres décadas de relativa paz laboral, UAW organizó otra huelga en julio de 1998. En esa ocasión, 9 mil trabajadores de Flit, Michigan se fueron a huelga por 54 días, ocasionando que 30 plantas de General Motors pararan labores y que la compañía perdiera 2 mil millones de dólares en ganancias. ¿La razón? GM planeaba clausurar algunas plantas. ¿El resultado? UAW consiguió que GM reinvirtiera en dichas plantas para no cerrarlas, con la condición de incrementar la productividad diaria en 15%.

 

Para el siglo XXI, la industria automotriz ya no era la misma. En julio de 2007, los fabricantes extranjeros alcanzaron por primera vez en la historia de los Estados Unidos una participación por encima del 50% del mercado automotriz, y GM tenía costos de hasta 2 mil dólares adicionales en sus vehículos comparados con su competencia debido a los costos de pensiones y servicios de salud que pagaba para sus trabajadores. Pero la misma UAW había cambiado; de un máximo de 1.5 millones de afiliados, en 2007 solo contaba con unos 470 mil. Así, la huelga de dos días de septiembre de 2007 alcanzó la participación de 73,000 trabajadores. Como resultado, y de forma breve antes de la crisis de 2008, GM conservó los empleos que planeaba eliminar, y la UAW pasó a hacerse cargo de los costos de servicios de salud de los empleados y pensionados por medio de un VEBA (asociación voluntaria de beneficios a los empleados) financiado por una combinación de efectivo y diversos activos como acciones de GM.

 

La huelga más reciente fue en 2019, también en el fatídico mes de septiembre (el 15 para ser exactos) y reunió a 48 mil trabajadores de GM de alrededor de 50 plantas en los Estados Unidos, demandando mejores compensaciones, seguridad laboral, mayor apertura a que trabajadores temporales se hicieran permanentes, mejores sueldos y mantener sus beneficios de servicios médicos. El paro de 40 días terminó con la votación a favor de 57% de los miembros de UAW para consolidar un acuerdo laboral por cuatro años. GM consiguió cerrar tres plantas compensando con entre 75 a 85 mil dólares a cada empleado de ellas, y UAW consiguió aumentos de 3% a los sueldos base de los trabajadores en años alternados.

Pero ahora cerca de la expiración del acuerdo laboral de 2019, el juego parece ser distinto en un punto muy importante. Hasta ahora, Fiat Chrysler, ahora Stellantis, solo había enfrentado cinco huelgas en su historia en Norteamérica, y ninguna del tamaño de las de General Motors, mientras que Ford Motor Co jamás había reportado una. UAW planea hacer una huelga grande y que afectaría a los tres grandes de Detroit, en lugar de solo a GM, como acostumbraba.

 

DEMANDAS ACTUALES DE UAW

 

Eliminar los niveles: Después de las bancarrotas de 2008, se tienen dos niveles de estructura de salarios, UAW busca eliminarlos para que los del nivel más bajo pasen al tope de paga desde que sean contratados.

Incrementos salariales sustanciales: UAW busca aumentos de hasta 46%. Con un aumento de 20% para nuevos trabajadores y un aumento anual de 5% cada año hasta 2027. Así, el tope de salario sería de $47.14 dólares la hora.

Regresar el esquema COLA (Cost of living adjustments): Los beneficios de ajustes al costo de vida de los trabajadores desaparecieron en la era de las bancarrotas y UAW busca reinstaurarlos.

Pensiones y servicios médicos: UAW buscará regresar al pago de pensiones y los beneficios de salud como eran hasta antes del 2007.

Derechos para hacer huelgas por cierres de plantas: UAW busca ser capaz de hacer huelgas cada vez que una planta relacionada a vehículos de combustión interna sea cerrada en EUA y Canadá, y con ello presionar para que nuevos productos electrificados e inversiones sean realizados en dichos sitios.

Regresar al programa de protección de la familia trabajadora:  Este busca mantener los empleos y productos en las plantas actuales, y si las plantas son cerradas, las compañías deben pagar a los miembros de UAW por hacer servicio comunitario.

Mejorar condiciones para trabajadores temporales: Buscan convertir a estos trabajadores en permanentes con todos los beneficios, a la vez que buscan redefinir y limitar la cantidad de trabajos temporales en las plantas.

Más tiempo de descanso pagado para estar con sus familias: los miembros de la UAW solicitan semanas de 32 horas de trabajo y que cualquier jornada mayor a 8 horas sea considerada tiempo extra.

Sindicalizar plantas de baterías para autos eléctricos: UAW busca encontrar la forma de sindicalizar a estas plantas, sin embargo, la mayoría no pueden entrar en estas negociaciones por su estatus de ser inversiones conjuntas (joint ventures).

 

¿QUÉ IMPACTO TENDRÁ EN NORTEAMÉRICA Y EN MÉXICO? 

 

Diversos analistas de medios en la zona de Detroit coinciden en que la lista de peticiones impulsada por el presidente de UAW que le da la cara a este huracán, Shawn Fain, es demasiado extensa para ser cumplida en su totalidad, por lo que evitar la huelga y tener negociaciones rápidas entre el sindicato y las “tres grandes”, GM, Ford y Stellantis, se antoja como una tarea casi imposible. Estamos entonces, ante un escenario en que la probabilidad más grande es que el próximo 14 de septiembre se de inicio a una huelga generalizada en las plantas de estos tres fabricantes en Estados Unidos y Canadá.

Por el lado optimista, la historia muestra que en general las grandes huelgas han ido reduciendo su duración; aunque existe el riesgo de que, si la huelga durara más allá de las 11 semanas que especialistas estadounidenses consideran como máximo, pudiera pasar por los paros y vacaciones de invierno y extenderse hasta el regreso a operaciones en enero de 2024. Esta posibilidad podría resultar catastrófica para la cadena de suministro de Norteamérica.  

Las expectativas dentro del sindicato UAW son muy altas, y sus miembros no se conformarán fácilmente con menos de lo que demandan, a la vez, ninguno de los tres fabricantes de Detroit puede cumplir con la lista completa. Sin embargo, se esperaría que los incrementos salariales, la desaparición de niveles y la relocalización de inversiones a plantas de UAW sean algunas de las demandas que los fabricantes cumplan.

El pasado 24 de agosto, Ultium Cells dio una esperanza a que las negociaciones puedan dar pie a una resolución más rápida. La joint venture entre GM y LG Energy Solutions encargada de fabricar las baterías para los nuevos EV del fabricante confirmó un acuerdo para elevar los sueldos de sus trabajadores en la planta de Ohio por un promedio de 25% a partir del 28 de agosto. El acuerdo además será retroactivo, ofreciendo a algunos trabajadores un extra de entre 3 mil a 7 mil dólares. Los trabajadores de Ultium no pertenecen a UAW (todavía) pero esperan negociar un contrato pronto.

Aún con estos desarrollos recientes, la huelga parece un hecho. El huracán llamado UAW podría afectar la producción de al menos 50 mil vehículos en las plantas de Estados Unidos y Canadá si esta durara tan solo una semana, y más de 1.4 millones de unidades si se extendiera hasta 10 o más semanas. Casi 40% del inventario afectado correspondería a modelos pick-up.

El fondo de huelga para solventar los gastos de los 146 mil empleados tiene un total de 825 millones de dólares, suficiente para una huelga total de 11 semanas contra los tres fabricantes. Si la huelga se limitara a solo uno de los fabricantes podría extenderse hasta 2024, pero esto es muy poco probable. Actualmente; los medios de Detroit se inclinan por la posibilidad de que la huelga dure entre 4 y 6 semanas y abarque a los tres fabricantes.

Bueno, y finalmente si has llegado hasta aquí, te preguntarás ¿qué pasará con México? Hay cierto colchón en la producción y los suministros de motores y transmisiones para resistir la huelga, esto es especialmente importante para el caso de la planta de Ford en Hermosillo, que depende de estos componentes fabricados en las plantas de Estados Unidos y Canadá. Plantas como la de General Motors en Silao, que de por sí ha enfrentado algunos paros este año, podría seguir produciendo durante unas 3 semanas luego de iniciada la huelga antes de tener que parar.

En el caso de Stellantis, la OEM ha amenazado con mover la producción de la RAM 1500 a la planta de Saltillo, Coahuila, sin embargo, siendo que la planta tiene solo un 15% de capacidad de producción libre, tendría que tener una inversión cuantiosa en dinero y tiempo para poder albergar este modelo. Por el lado de la huelga, las plantas de Stellantis en México sufrirían pocos problemas, ya que producen sus componentes como motores en sitio.

El caso de Stellantis, en el que el CEO Carlos Tavares está directamente en oposición al líder de UAW, Shawn Fain, es el más complicado de resolver, pues parece estar casi decidido que habrá un traslado de producción que podría involucrar una gran inversión de Stellantis en México. Es por ello, que la huelga en las plantas de Stellantis podría extenderse más que en las plantas GM y Ford.

Digamos que, en este huracán, México es el país mejor preparado de la región para resistir los efectos, al menos en lo que respecta a las armadoras, pero, el caso de las autopartes es más complicado. En un escenario en que la huelga se extienda a los 3 fabricantes, México podría tener aún stock para seguir produciendo sin afectaciones mayores hasta una sexta u octava semana, es decir, podríamos ver paros en plantas armadoras como la de Ford en Hermosillo hacia el 26 de octubre o 9 de noviembre y en algunas líneas de GM semanas antes. Es posible que para cuando dichas fechas lleguen, ya se haya llegado a un acuerdo con UAW, lo que permitiría que la producción en México siga prácticamente sin cambio en sus proyecciones.

 

Por el contrario, en el peor de los casos, los paros en plantas de autopartes en México podrían comenzar desde inicios de octubre, sobre todo en aquellas plantas cuyo volumen principal de producción esté dedicado a las plantas de Stellantis, GM y Ford en los Estados Unidos. Daniel Romo, líder de Inteligencia de Negocios de Directorio Automotriz, aconseja a los proveedores en México “considerar un stock considerable que les permita en medida de lo posible soportar una huelga prolongada, así como estar listos para en cuanto se termine poder arrancar casi de inmediato con la vuelta a producción en las líneas o plantas afectadas”.

 

Romo asegura que “en parte, es algo que esperábamos como industria, y se puede pensar que el desempeño más sobresaliente de este año, superando expectativas de inicio del 2023, ha sido para tener inventario suficiente de vehículos para mitigar las pérdidas de producción por una huelga extendida y mitigar el estrés en la cadena de proveedores que dependen mucho de los costos del overtime, logística y otros costos por lo que los OEM no pueden pagar”. Es decir, Stellantis, Ford y GM van a esperar que los proveedores de autopartes en México y la región estén completamente listos cuando vuelvan de la huelga, por ello deben prepararse para tener un stock listo para regresar lo más rápido posible y proveer a las plantas que se verán afectadas de los tres fabricantes.

 

Finalmente, mientras terminábamos de escribir este artículo, la UAW informó los resultados abrumadores de su votación para irse a huelga el próximo 14 de septiembre. La votación tuvo un 97% de votos a favor, lo que significa que hay un 100% de certeza que habrá una huelga si los fabricantes y el sindicato no llegan a un acuerdo previo para sustituir el contrato laboral actual para la fecha mencionada.

Fain quiere ser una figura histórica que asegure los beneficios históricos que perdieron a través de los años: “Nos hemos sentado durante décadas mientras estas compañías han continuado tomando y tomando de nosotros; estamos hartos”. Con esa fuerza llegará el huracán, y México debe estar preparado para los efectos de sus vientos, que sin duda podrían poner a tambalear un pronóstico de producción de vehículos y autopartes que se veía casi demasiado bueno para ser verdad en 2023. Y esto no significa tampoco que debamos alarmarnos de más; México tiene las mejores condiciones para mitigar el golpe y emerger victorioso, con resultados aún positivos en el balance del año para el sector, pero en definitiva, ninguna tormenta como esta debe tenernos sin cuidado.  


Redacción: Adrián Martínez, Editor de Cluster Industrial. 
Fuentes: Reuters, Detroit Free Press, AP News, S&P Global. 

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