WASHINGTON, Estados Unidos, 14 de mayo de 2024 (con
información de Reuters).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reveló este
martes por la mañana un paquete de fuertes aumentos arancelarios que serán
aplicados a una serie de importaciones chinas, entre las cuales se incluyen baterías
de vehículos eléctricos (EV), semiconductores, algunos minerales críticos
usados en baterías y productos médicos, escalando la guerra comercial que
mantiene con Beijing. Medios estadounidenses e internacionales han catalogado
la medida como un intento político para ganar votantes a su contrincante Trump
a pocos meses de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
Además de mantener los aranceles que Trump estableció en 2018,
Biden cuadruplicó los aranceles que existían de 25% a los vehículos
eléctricos fabricados en China en un 100%, dejando un arancel efectivo de
102.5% para estas importaciones. La Casa Blanca expresó en un comunicado
que estas medidas “protegerán a los fabricantes americanos de las prácticas injustas
de comercio de China”.
Las baterías de ion litio y otros componentes de baterías
para vehículos eléctricos aumentan sus aranceles de un 7.5% a 25% en este 2024,
mientras que baterías de ion litio no usados en vehículos aumentarán a 25%
hasta el 2026. Algunos minerales críticos para uso en baterías de autos
eléctricos aumentarán sus aranceles de cero a 25% en 2024, mientras que la
importación de grafito natural e imanes permanentes harán lo mismo para 2026, estos
aranceles podrían afectar a una gama más amplia de vehículos eléctricos de
marcas estadounidenses, europeas y japonesas.
Los semiconductores de origen chino ahora tendrán un
arancel del 50%, mientras que las celdas fotovoltaicas para paneles
solares pasarán de un 25 a 50% de aranceles. Se espera que China tenga la
mitad de la capacidad global en nuevas plantas de semiconductores en los
próximos 3 a 5 años, por lo que esta medida busca retrasar su avance mientras
fabricantes, principalmente taiwaneses, invierten en construir nuevas plantas
de semiconductores en los Estados Unidos para mitigar la dependencia china de
estos componentes. Otros aranceles anunciados incluyen a las grúas de barco a
tierra, que aumentarán del cero al 25%.
Algunos productos chinos de acero y aluminio aumentarán
sus aranceles en el 2024 hasta en un 25%, de acuerdo con la Casa Blanca. En
contraste, México
recién eliminó los aranceles a importaciones de aluminio sin aleas y aleaciones
de aluminio, como medida para solventar las necesidades de la industria
mexicana.
Las medidas de Washington afectarán en 18 mil millones de
dólares las importaciones chinas. Estados Unidos mantiene un déficit
comercial de 279 mil millones de dólares con China, pues en 2023 importó
427 mil MDD en bienes de dicho país, en contraste con los 148 mil MDD en bienes
estadounidenses que exportó a China. La Casa Blanca sostiene que China sigue
incurriendo en prácticas comerciales desleales, con transferencias forzadas de
tecnología, robo de propiedad intelectual y subsidios injustos.
LA POSICIÓN DEL GOBIERNO CHINO
Beijing respondió de inmediato y prometió represalias. Su
Ministerio de Comercio dijo que se oponía a los aumentos de aranceles
estadounidenses y que tomaría medidas para defender sus intereses. 'El
aumento de los aranceles de la Sección 301 por parte de Estados Unidos viola el
compromiso del presidente Biden de 'no buscar suprimir y contener el desarrollo
de China' y 'no buscar desacoplar ni romper vínculos con China'', se
lee en un comunicado del ministerio, agregando que la medida 'afectará
gravemente la atmósfera de cooperación bilateral.'
'Estados Unidos debería corregir inmediatamente sus
malas acciones y eliminar los aranceles adicionales impuestos a China',
instó el Ministerio de Comercio chino.
Los funcionarios de la administración Biden dijeron que sus
medidas están 'cuidadosamente dirigidas' y es poco probable que
empeoren la inflación en el país pues se compensarán con los planes de
inversión en industrias clave que incluyen apoyos para impulsar la manufactura
de vehículos eléctricos y semiconductores en suelo estadounidense. Según algunos
analistas, el impacto de los nuevos aumentos arancelarios en China podría ser
limitado en el corto plazo pues los productos considerados en los aranceles
solo representan un 5.9% de las exportaciones totales de China a EE.UU y menos
del 1% de las exportaciones globales de China.
Actualmente se importan relativamente pocos vehículos
ligeros fabricados en China a los Estados Unidos, de hecho, la mayoría de estos
son vehículos de marcas estadounidenses fabricados en China y luego importados,
como el SUV Lincoln Nautilus de Ford o el SUV Buick Envision. El eléctrico
Polestar 2 y los sedanes S90 de Volvo son los otros vehículos de manufactura
china que se importan a Estados Unidos actualmente. Ambos, Polestar y Volvo,
son filiales del fabricante de automóviles chino Geely.
De acuerdo con Reuters, China podría aplicar aranceles en
represalia dirigidos a vehículos estadounidenses como aquellos fabricados
en la planta de BMW en Spartanburg, Carolina del Sur, que exporta
alrededor de 25,000 vehículos a China al año, o de Mercedes-Benz en Alabama,
que fabrica SUV eléctricos para venta en China. Además, los vehículos
eléctricos de marcas estadounidenses, como el Mustang Mach-E de Ford (fabricado
en México) o el Tesla Model 3, tienen entre un 30% y un 51% de contenido chino,
según datos del Departamento de Transporte de Estados Unidos.
TRUMP, UAW, BYD Y LA GUERRA COMERCIAL
Trump se expresó al respecto de los nuevos aranceles de la
administración Biden y dijo que “deberían aplicarse a otros tipos de
vehículos y productos porque China se está comiendo nuestro almuerzo en este
momento', refiriéndose a que esta medida es tardía y que será más
costosa para los consumidores estadounidenses.
El United Auto Workers, el sindicato políticamente más importante
de la industria automotriz respaldó a Biden y dijo que las medidas arancelarias
garantizarían que 'la transición a los vehículos eléctricos sea una
transición justa'.
Sin embargo, las medidas podrían proporcionar una
protección solo temporal a la industria estadounidense y sus empleos, con
el riesgo de elevar los precios de los autos eléctricos para el mercado
estadounidense, retrasando su adopción. Esto ha sido advertido por diversos
fabricantes, mientras que otros, como Ford, están corriendo por poner en
producción nuevos modelos de vehículos eléctricos compactos y accesibles que
puedan competir con opciones como el BYD Seagull (Dolphin Mini en México).
Marcas chinas como BYD planean abrir fábricas en México
para abastecer el mercado nacional y latinoamericanos, pero esto es visto como
una amenaza real a la industria automotriz estadounidense por sus legisladores,
quienes han presionado a México para dificultar el establecimiento de estas
plantas armadoras. El nivel de integración vertical de componentes
esenciales de marcas como BYD es superior al 75%, lo que en teoría los pondría
en posición para importar vehículos a Estados Unidos sin restricciones al cumplir
con el 75% de contenido regional que pide el T-MEC.
BYD ha negado tener intenciones de comercializar
vehículos en los Estados Unidos al mediano y largo plazo, en su lugar, se
ha concentrado en fortalecer su presencia en mercados emergentes como Brasil, o
en asegurarse un lugar en el mercado europeo, donde construye una planta de
fabricación en Hungría y planea otra en España o Francia.