BYD ha dado un paso clave en su estrategia de expansión en América Latina al presentar oficialmente el primer Dolphin Mini ensamblado en su nueva planta en Camaçari, Bahía. Esta fábrica se perfila como una de las mayores instalaciones dedicadas a la producción de vehículos electrificados en la región.
La planta, con una superficie de 4.6 millones de metros cuadrados —equivalente a 645 campos de fútbol— representa una inversión de 5,500 millones de reales brasileños (1,006 millones de dólares). En sus primeras fases operativas, ya emplea a más de 1,000 personas, además de cientos de trabajadores subcontratados. La proyección para finales de 2025 es alcanzar 3,000 empleos, con una expectativa final de hasta 20,000 puestos de trabajo directos e indirectos una vez que todas las fases del complejo estén concluidas.
El complejo de Camaçari se ha diseñado con un enfoque inteligente y modular. Su sistema de secuenciación prioriza la producción de los modelos con mayor demanda y permite un monitoreo en tiempo real de cada unidad a lo largo de la línea de producción. La automatización juega un rol central: robots especializados se encargan de tareas clave como la instalación de cristales y la colocación de la Blade Battery.
Redacción Cluster
Además del Dolphin Mini, la planta también producirá los modelos Song PRO y King, que compartirán líneas de ensamblaje gracias a la flexibilidad de la infraestructura. En esta etapa inicial, la fábrica opera bajo el esquema SKD (ensamblaje semidesmontado), pero avanzará progresivamente hacia una producción completamente localizada, que incluirá procesos como estampado, soldadura, pintura y el uso de componentes fabricados en Brasil.
La capacidad actual de producción es de 150,000 vehículos al año, pero BYD ya prevé duplicarla en una segunda fase para alcanzar las 300,000 unidades anuales. Esta expansión posiciona a la planta de Camaçari como un pilar estratégico para la electrificación del transporte en América Latina.
