Cluster Industrial – Tenemos que hacer tecnología pensando en la gente

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Tenemos que hacer tecnología pensando en la gente

Escrito por Cluster Industrial

Capital humano 02/05/2022 11:01

A medida que avanzamos en el entendimiento de la Cuarta Revolución Industrial, queda más claro que el reto de fondo es preparar a la fuerza laboral para lidiar con las tecnologías emergentes, adaptarse a ellas y desarrollar nuevas habilidades.

Por Marcelo de la Garza, cofundador de Gesta Labs

Mail: marcelo@gestalabs.com

 

Hace unos años tuve la oportunidad de visitar una fábrica de tabaco en la que estaba sucediendo algo muy interesante: los directivos habían lanzado una campaña para que los operarios de la planta propusieran mejoras a los procesos y resolvieran problemas con el uso de la tecnología. Los trabajadores tenían que compartir sus ideas en una plataforma donde todos podían verlas y discutir aquellas que tenían los mayores beneficios. Al final, quienes lograban que sus propuestas se reflejaran en mejoras a procesos –e impactos económicos– recibían bonificaciones.

 

Esto último no es lo relevante, sino el hecho de que la iniciativa incluía a las personas en un entorno de transformación digital. Es clave comenzar a pensar de esta manera porque la fuerza laboral es lo más importante que tenemos en cualquier industria.

 

Quizá pienses que te estoy diciendo un cliché, pero, a medida que avanzamos en el entendimiento de la Cuarta Revolución Industrial, queda más claro que el reto de fondo es preparar a la fuerza laboral para lidiar con las tecnologías emergentes, adaptarse a ellas y desarrollar nuevas habilidades.

 

Sería un error muy costoso pensar que las tecnologías emergentes sirven para reducir la nómina de nuestras empresas. Quien piense así está siendo egoísta y poco estratégico. Cuando hablamos del futuro de la fabricación, pocas veces enfatizamos en la importancia de tener un enfoque centrado en las personas.

 

Creo que no estamos mandando el mensaje correcto y es normal que veamos una tremenda resistencia al cambio en nuestra fuerza laboral cuando mencionamos conceptos como transformación digital e industria 4.0 –no se diga cuando hablamos de inteligencia artificial al interior de una fábrica–. Este miedo es resultado de algo que no estamos comunicando adecuadamente respecto al alcance de las tecnologías emergentes.

 

Debemos tener claro dos cosas: 1) la tecnología siempre ha sido una herramienta al servicio de las personas y 2) la sustitución laboral ha existido siempre, no sólo con la Cuarta Revolución Industrial. Sucedió con los primeros tractores agrícolas y no se ha detenido. Lo vimos con los cajeros automáticos o con los estacionamientos automatizados. Avances que no tienen nada que ver con la inteligencia artificial o el IoT.

 

Entonces, ¿la tecnología es buena o mala para las personas? Ninguna de las dos. Todo depende de la forma en que la usemos. Un martillo es una maravillosa herramienta para construir cosas. Y también puede servir como arma para golpear a alguien. Algo similar sucede con la inteligencia artificial, por ejemplo.

 

Lo más importante, insisto, es pensar en el desarrollo de la tecnología como una herramienta al servicio de las personas, que les dará nuevas habilidades y oportunidades.

 

En el mundo de la fabricación, donde el recurso humano especializado es algo escaso, conviene poner las cosas en su lugar, porque la manufactura es mucho más que un conjunto de tareas que le puedes delegar a un robot. Las plantas del futuro –que comienzan a ser cada vez más las del presente– necesitan gente que se haga cargo no sólo de desarrollar productos innovadores, sino también de controlar, solucionar problemas y ejecutar operaciones complejas.

 

Esta es la premisa del Foro Económico Mundial en su informe Augmented Workforce: Empowering People, Transforming Manufacturing, el cual pone énfasis en colocar a la fuerza laboral en el centro de las discusiones, creando un ambiente de trabajo más accesible e inclusivo, aumentando el bienestar de los empleados y fomentando la conexión humana y la colaboración.

 

El Foro Económico Mundial está mandando mensajes para generar un enfoque inclusivo de las personas en el contexto de la Cuarta Revolución Industrial, donde la información se mueve por aluviones y el miedo a la sustitución del trabajo está más latente que nunca.

 

A medida que la fabricación se adapta cada vez más a las tecnologías emergentes, surge una brecha entre la demanda y la oferta de habilidades en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), que se requieren para hacer frente al nuevo ritmo de la innovación.

 

“Mientras que la tecnología se necesita para resolver problemas, se requieren humanos que sepan qué problemas resolver y cuáles son los enfoques más adecuados para resolverlos”, explica. El informe se refiere al término “augmentation” como el uso de tecnologías para respaldar simultáneamente el empoderamiento y el compromiso de las personas, aumentar la productividad e impulsar la excelencia en las operaciones. Su objetivo es descubrir las formas más efectivas de apoyar o ampliar las habilidades humanas con el uso de la tecnología.

 

Esto es clave y es algo en lo que debemos insistir. La tecnología se puede utilizar para aumentar las capacidades y habilidades humanas de diversas maneras: desde la resolución de problemas hasta la ejecución del trabajo, el análisis de datos, las capacidades físicas, el aprendizaje, la comunicación o la toma de decisiones.

 

En este contexto, por ejemplo, el Foro Económico Mundial puntualiza algunas de las tecnologías que han demostrado ser útiles para potenciar las habilidades humanas. Entre ellas: realidad aumentada, computer vision, IoT y las plataformas conectadas para que los operadores mejoren la comunicación y el control en entornos industriales.

 

Podríamos profundizar en la manera en que cada una de ellas ayuda a una persona, pero lo más importante es mantener la discusión de fondo: la importancia de crear tecnologías centradas en las personas, para convivir con ellas, no para segregarlas.

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